¡Los ponis son los reyes de la playa!


Bienvenidos a la isla de Assateague, donde los ponis salvajes campan a sus anchas. Les da igual si tu toalla o tu silla de playa son tuyas. Te despistas un segundo y ¡zas!, se apropian de ellas para echarse una siesta.

En serio, ver a un poni ocupando tu sitio, como si te estuviera cobrando alquiler, tiene algo mágico. Mantente a unos tres metros, saca una foto y déjalos relajarse un rato.

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