Profundizando
Lisa llegó más tarde ese día, con los ordenadores portátiles en mano y las tazas de café listas. Nos sentamos en la mesa de mi cocina como investigadoras aficionadas, decididas a rastrear cada uno de sus movimientos digitales. Sabíamos que tenía que haber pistas; nadie desaparece sin dejar rastro en el mundo de hoy.
“Revisa sus ‘me gusta’ y sus seguimientos recientes”, dijo Lisa mientras se desplazaba por su perfil. Revisamos su línea de tiempo, las etiquetas de sus fotos e incluso las actualizaciones de sus amigos. Cada detalle, por pequeño que fuera, se sumaba a la imagen que estábamos construyendo. Era un trabajo tedioso, pero cada clic nos acercaba a comprender el alcance total de sus mentiras.
Advertisements
Advertisements