Investigación Frenética

John se volcó en la investigación, desesperado por respuestas. Se quedaba despierto noche tras noche, rastreando estudios médicos y foros en línea.

“Tiene que haber una causa”, masculló, con los ojos enrojecidos por horas frente a la pantalla. Emily lo observaba desde su lugar en el sofá, conmovida por su devoción y preocupada por su desesperación.

Max yacía a su lado, sintonizado con la energía ansiosa de la habitación. “Saldremos de esta, Em”, dijo John, mitad para consolarla, mitad para tranquilizarse.

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