Quedarse despierto toda la noche
John se mantuvo despierto toda la noche, impulsado por el café y la curiosidad. Max permaneció a su lado, con las orejas atentas al más mínimo ruido.
A medida que las horas pasaban lentamente, la casa permanecía opresivamente silenciosa. John luchaba contra el sueño, con los párpados pesados y la mente alerta.
Luego, en el silencio de la madrugada, finalmente lo escuchó: suaves murmullos y crujidos distantes, lo suficiente para despertar el pánico y el propósito.
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