La Solitaria Espera de Max

De vuelta en casa, Max caminaba sin cesar, inquieto y solo. Cada crujido de la casa lo hacía levantar la vista. Permanecía junto a la puerta principal, esperando.

Mientras tanto, John pensaba constantemente en Max, preguntándose si su leal compañero sentía la misma tensión que ellos.

“¿Y si él percibe algo invisible para nosotros?”, se preguntó en voz alta, mirando fijamente por la ventana del hospital.

Max siempre había sido protector, pero esto iba mucho más allá de lo que jamás habían visto antes.

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