Nueva rutina
Acordaron que Emily empezaría a trabajar desde casa. “Quizás tenerte aquí ayude a calmar las cosas”, sugirió John.
Emily pensó que también podría aliviar los nervios de Max. Organizó su portátil y sus materiales en la sala de estar mientras Max se recostaba cerca, siempre atento.
“Así al menos puedo vigilarlos a los dos”, bromeó John, intentando aligerar el ambiente. Pero a pesar del humor, la tensión que flotaba en el aire se negaba a desaparecer.
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