Martha se sentía más segura

Con Bigotes y Sombra patrullando cada rincón de la casa, los nervios de Martha finalmente comenzaron a relajarse. Los gatos parecían estar siempre en alerta, persiguiendo cada ruido y olfateando hasta el más mínimo aroma. Su curiosidad natural significaba que nada pasaba desapercibido. “Ustedes dos son la mejor decisión que he tomado”, susurró, acariciándolos a ambos mientras ronroneaban satisfechos a su lado en el sofá.

La ansiedad que antes la atormentaba se había desvanecido. Los días transcurrían con más calma y las noches volvían a ser reparadoras. Martha solía sentarse junto a la ventana con una taza de té, observando a sus gatos tomar el sol y sintiéndose verdaderamente a gusto. Había encontrado no solo protección, sino también compañía. Con el pasado atrás, Martha finalmente podía disfrutar del presente: segura, feliz y rodeada de ronroneantes recordatorios de que estaba en casa.

Advertisements
Advertisements