El alivio inicial de Martha se desvaneció
A medida que pasaban los minutos, la ola de alivio que había invadido a Martha comenzó a desvanecerse, dejando algo más pesado: un hambre devoradora de respuestas. Se sentó en silencio, sin apartar la vista de la caja sellada. “¿Qué era esa cosa?”, se preguntó, reproduciendo su movimiento en su mente una y otra vez. Cada vez, parecía más antinatural.
A su alrededor, el equipo seguía ocupado, pero sus charlas y pasos se desvanecieron en el fondo. Martha sintió una creciente sensación de aislamiento, perdida en las preguntas que bullían en su interior. Finalmente, se levantó de su silla, ya no dispuesta a ser una observadora pasiva. Había habido una criatura en su casa, y no iba a descansar hasta saber qué era.
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