Cuando tu gato se convierte en un pretzel
Los gatos siempre han sido maestros en doblar la realidad… y su columna vertebral. Pero este se ha superado. ¡Demos la bienvenida al gato-pretzel! No solo se ha retorcido en una forma que haría llorar a cualquier instructor de yoga, sino que su pelaje color canela encaja a la perfección con la temática. Si entrecierras un poco los ojos, podrías confundirlo fácilmente con un bollo de levadura caliente recién horneado.
A primera vista, parece estar a gusto, como derretido en la silla. Pero entonces ves los ojos: bien abiertos, alerta, posiblemente cuestionando cada decisión vital que lo ha llevado a este momento. ¿Está cómodo? ¿Está atascado? La respuesta es probablemente “Sí” a ambas cosas. Y aunque la pose grita “¡Atrapado!”, no te dejes engañar. Un estornudo, un tenedor que cae, un crujido de la bolsa de golosinas… y este pretzel se despliega en un torpedo felino completamente funcional.
Advertisements
Advertisements