Un declive gradual
Al principio, todo parecía parte natural del envejecimiento. La abuela Cathy había empezado a ir más despacio, y la movilidad se estaba convirtiendo en un desafío. Al principio, usaba un bastón por casa y pasó a un andador cuando salía. Era difícil de ver, pero manejable.
Finalmente, ni siquiera eso fue suficiente. Cathy tuvo que pasar a usar una silla de ruedas para su vida diaria. Aunque intentaba actuar como si no le molestara, Michael se daba cuenta de que le dolía el orgullo. Aún así, mantuvo el ánimo y trató de mantener la mayor independencia posible a pesar del cambio.
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