Cuando la extravagancia no es suficiente

¿Un coche con diamantes? En Dubái, no hay problema. El príncipe saudí Al-Waleed bin Talal mandó adornar su Mercedes con 300.000 piedras preciosas auténticas, con un valor de casi cinco millones de dólares.

Este vehículo es menos un medio de transporte que una prueba rodante de riqueza infinita. Una joya así deja boquiabierto a cualquiera, especialmente a los turistas, que apenas pueden creer lo que ven.

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