Elara dudaba en confesar

Elara se removió incómoda en su asiento, sus dedos jugando nerviosamente con el borde de la mesa. Los ojos de Julian estaban fijos en los suyos, buscando la verdad. “No sé por dónde empezar”, dijo, con la voz apenas un susurro.

Julian se inclinó, con la mirada intensa. “Solo dime la verdad”, instó, sus palabras llenas de urgencia. Elara dudó, el peso de años de silencio la oprimía, mientras la habitación parecía cerrarse a su alrededor. Los ecos de decisiones pasadas flotaban pesadamente en el aire.

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