Lecciones aprendidas

A medida que las motos desaparecían en la distancia, mi mente se detenía en la lección que acabábamos de presenciar. Las reglas de la carretera eran más que solo señales y semáforos; trataban sobre el respeto, sobre entender que cada persona en estas autopistas tiene una historia, un trasfondo que merece reconocimiento. No se trataba solo del pasado de un hombre o de la reputación que llevaba; se trataba de reconocer la fuerza en aquellos que se mantenían humildes a pesar de todo.

McClain nos había demostrado que no importa quién seas o lo que hayas hecho; el respeto siempre debe darse, sin preguntas. La carretera lo exige, y la carretera entrega su propia clase de sabiduría. La lección aquí era clara: ya seas camionero o motociclista, nunca sabes quién podría sorprenderte con una fuerza tranquila. Y a veces, esa fuerza es la más poderosa que encontrarás.

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