Salida Silenciosa
A medida que la escena en la gasolinera empezaba a calmarse, la multitud comenzó a dispersarse lentamente, dejando atrás solo suaves murmullos y el débil zumbido de los motores que arrancaban. Era como los momentos finales de una película, donde la emoción se desvanece y la gente, con su curiosidad satisfecha, comienza a marcharse. Los motociclistas se alejaron en pequeños grupos, intercambiando palabras en voz baja, sus voces apenas audibles mientras se alejaban.
Había una especie de reverencia en la forma en que se fueron, como si algo tácito se hubiera compartido entre todos ellos. Habían sido testigos de un momento de poder tranquilo que perduraría en ellos mucho después de que el polvo se asentara. La inquebrantable calma de McClain había transformado lo que se suponía que era una parada ordinaria en algo significativo, dejando una sensación de algo más grande que cualquier individuo. La huella que dejó en su tarde resonaría silenciosamente en sus recuerdos.