Rick deja su teléfono

Rick bajó lentamente su teléfono, la pantalla se desvanecía a medida que su atención se desplazaba por completo a la escena que se desarrollaba ante él. Fue como si una revelación lo hubiera golpeado: este no era un momento para ser capturado a través de una lente, sino uno para ser experimentado de primera mano. Su impulso habitual de documentar todo para las redes sociales había pasado a un segundo plano. Lo que estaba sucediendo aquí era demasiado crudo, demasiado real, para ser trivializado por una imagen filtrada o un hashtag pegadizo.

La escena se había vuelto demasiado significativa como para tratarla como un momento más digno de una publicación. Rick reconoció que esto era un trozo de historia en ciernes, algo que no podía ser encapsulado en un clip de 15 segundos. Era un momento raro y eléctrico, y era mejor simplemente estar presente en él, dejar que lo invadiera como nos invadía a todos. Por primera vez, Rick no estaba pensando en el mundo más allá de esta gasolinera; estaba completamente absorto en el ahora.

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