El Chiste Malo de Travis
Travis, al darse cuenta de que Jake necesitaba apoyo, intentó soltar un chiste rápido para aliviar la tensión. “¡Oye, quizás tiene demasiado miedo para decir algo!”, gritó, con su voz carente de la confianza habitual. Las palabras quedaron en el aire, pero cayeron con un golpe sordo, como un remate inoportuno. Le siguió un silencio largo e incómodo, más pesado que cualquier cosa que Travis hubiera podido decir. Era casi como si el propio silencio se hubiera convertido en la respuesta, más fuerte y condenatoria que cualquier réplica.
La multitud, impasible ante el débil intento de Travis, lo miró en frío silencio. Ni siquiera Jake, quien había iniciado toda la burla, parecía ya creerlo. Las grietas en su fachada empezaban a notarse, y Travis, a pesar de toda su bravuconería, sabía en el fondo que no iba a obtener la reacción que esperaba. El cambio en el ambiente era palpable, y ambos parecieron darse cuenta de que estaban perdiendo el control de la situación.