La conversación en voz baja de George

La conversación en voz baja de George no tranquilizó a Martha en absoluto. Solo podía distinguir fragmentos: “Sí, es grave… No, no sé qué es”. Su voz era baja, casi ahogada por los latidos de su propio corazón y el constante golpe de la criatura bajo el cristal. Concentró toda su atención en mantener la trampa sellada, su mente bloqueando todo lo demás.

Pero su agarre fallaba rápidamente, sus brazos temblaban por el esfuerzo. “¡George!”, gritó, sacándolo de su trance y obligándolo a levantar la vista. Sus ojos se abrieron con alarma mientras corría de nuevo hacia ella. “Vienen de camino”, dijo de nuevo, pero la demora le parecía insoportable. Martha asintió débilmente, sabiendo que cada segundo era demasiado.

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