Cuando a tu gato le gusta que lo abracen… solo en teoría

A veces, es difícil complacer a los gatos. Vienen buscando mimos, frotan su cabeza contra tus piernas, maúllan para que los cojas… y, una vez en brazos, te miran como si hubieras cometido un grave error. Como este gato de aquí, cuya mirada lo dice todo: “Suéltame ahora mismo y no me toques nunca más”.

Es su mala costumbre: reclamar atención y luego echarse atrás de inmediato. Este tipo de comportamiento impredecible es a la vez divertido y frustrante, pero también es lo que los hace tan encantadores y hace que la relación sea tan especial.

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