Defendiendo la justicia


Los Johnson decidieron proteger a Nyx y apoyar cualquier esfuerzo para desmantelar el comercio ilegal de animales. “No podemos quedarnos callados”, insistió el señor Johnson. Grace asintió, decidida, “Tenemos que hablar, por Nyx y por otros como él”. El Dr. Morgan ofreció su plena cooperación, prometiendo pruebas médicas para apoyar su caso.

Ya no se trataba solo de salvar a un perro; se trataba de detener un sistema de abuso. La familia contactó a las autoridades, preparada para compartir todo lo que habían aprendido. Lo que comenzó como una preocupación por una mascota se convirtió en una misión personal para asegurar que ningún otro animal sufriera el mismo destino.

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