Una llegada tensa


Al entrar a la clínica, el cuerpo de Nyx se puso rígido. Sus músculos se tensaron y sus ojos se movían de pared a pared, siguiendo cada movimiento. El Sr. Johnson intentó calmarlo con una suave palmadita, susurrando: “Está bien, muchacho. Estás bien”. La recepcionista sonrió y comentó sobre la sorprendente apariencia de Nyx, pero su tono amable no pareció calmarlo.

Ethan se inclinó hacia sus padres y susurró: “¿Creen que sabe que algo va a pasar?”. La Sra. Johnson se encogió de hombros levemente, con los labios apretados por la preocupación. El aire dentro de la clínica estaba cargado de tensión, y todos podían sentir que hoy no sería una visita veterinaria ordinaria.

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