Primer Encuentro con Nyx
Los Johnson conocieron a Nyx durante una visita de fin de semana a un concurrido refugio de animales. Su objetivo era claro: querían un perro protector y fiable que también pudiera integrarse en la vida familiar. El refugio estaba lleno de ladridos y el sonido de las colas golpeando las jaulas de metal, creando una atmósfera caótica pero esperanzadora mientras recorrían los pasillos.
Entre la multitud de perros, uno en particular les llamó la atención. Nyx se erguía alto y sereno, irradiando fuerza e inteligencia. Cuando cruzó la mirada con la familia, se sintió como una conexión instantánea. Ese momento los llenó de una sensación de consuelo y certeza: supieron que habían encontrado a alguien especial.
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