Cita Agendada


Deseando tranquilidad, la familia tomó cartas en el asunto y agendó una visita al veterinario para la semana siguiente. “Más vale prevenir que lamentar”, dijo el señor Johnson mientras confirmaba la cita. La señora Johnson asintió, añadiendo: “Al menos finalmente obtendremos algo de claridad”. La decisión trajo una sensación de alivio, aunque no respondiera a sus preguntas de inmediato.

En los días previos a la cita, comenzaron a prestar más atención a Nyx: observando cómo se movía, cómo interactuaba e incluso cómo comía. Cada pequeño comportamiento ahora parecía significativo. Esperaban que la visita al veterinario aclarara sus preocupaciones, pero una parte de ellos temía que solo generara más.

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