La partida de Caden
Caden se alejó de la puerta de Elara con la cabeza gacha y el corazón apesadumbrado. Cada paso era un recordatorio de lo que había desperdiciado.
No tenía fortuna ni consuelo, solo el eco de sus propias decisiones equivocadas arrastrándose detrás de él.
Al alejarse en coche, no solo dejó una casa, sino los restos de una vida que había tirado por la borda imprudentemente. El arrepentimiento se aferraba a él, silencioso e ineludible.
Advertisements
Advertisements