Recuperando su Poder
Para Elara, regalar la herencia no se trataba de venganza, sino de recuperar su autonomía.
“No dejaré que me controlen”, prometió, sintiendo una fuerza interior surgir dentro de ella.
Cada donación se convirtió en una declaración: ya no era una víctima. El dinero, que alguna vez fue un símbolo de manipulación, era ahora un faro de propósito.
Su generosidad no fue una pérdida, sino un empoderamiento, y cada acto de dar reforzó su independencia.
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