La Realización de Caden

Demasiado tarde, Caden comprendió el peso de lo que había perdido. La prueba de la generosidad de Elara era evidente, y lo golpeó con una fuerza sobria.

“Lo he perdido todo”, susurró, con las manos temblorosas de vergüenza. La lujosa vida que una vez alardeó con Liora se disolvió ante sus ojos, expuesta como vacía y fugaz.

Todo lo que quedaba era la dura realidad de su codicia y traición, elecciones que lo habían dejado con nada más que las ruinas de una vida que había destruido sin cuidado.

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