La sonrisa resistente de Elara
Ella respondió a su súplica con una sonrisa serena y amable. “Ya no se trata de dinero, Caden”, dijo. “He donado la herencia.”
El asombro se apoderó de su rostro. “¿Hiciste qué?”, preguntó, incrédulo.
“Me aseguré de que el dinero fuera a donde realmente pudiera ayudar a la gente”, explicó ella. No habría ninguna posibilidad para nadie, y menos para él, de manipularla de nuevo.
Su elección no se trataba de venganza. Se trataba de control y de amabilidad en sus propios términos.
Advertisements
Advertisements