La ignorancia de Caden
Caden, absorto en su enamoramiento, permanecía ajeno al oscuro pasado de Liora. Se aferraba a la ilusión de su perfección.
“Es increíble”, solía exclamar, orgullosamente ciego a cualquier señal de alarma. Liora manejaba su encanto con maestría, envolviendo su engaño en dulzura.
Él no sospechaba nada, lo que lo convertía en el peón ideal en su juego. Pero para Elara y Rachel, su ignorancia no era solo lamentable, era una ventaja estratégica.
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