Caden cayó en la trampa
Caden sintió un abrumador alivio ante la aparente complacencia de Elara. Su actitud conciliadora hizo que todo el proceso de acuerdo pareciera indoloro.
“Me alegra que podamos ser civilizados al respecto”, comentó, confiado en que lo peor había quedado atrás.
Animado, comenzó a hacer planes concretos, esperando una conclusión rápida y sin problemas a su separación.
La idea de un divorcio sin complicaciones lo tranquilizó. Siguió felizmente ajeno a la tormenta que Elara estaba orquestando discretamente entre bastidores.
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