La atracción se hace más fuerte
A medida que Erica crecía, la extraña atracción hacia Rumanía solo se intensificaba. Cuando cumplió veinticinco años, ya no era solo una curiosidad extraña, era una vocación. Cada fibra de su ser la impulsaba a ir a ese lugar específico, aunque no tenía ninguna razón lógica para hacerlo. Los sentimientos eran demasiado poderosos para ignorarlos.
Lo que había comenzado como una tranquila fascinación se convirtió en una necesidad que no podía sacudirse. Sus pensamientos estaban cada vez más ocupados por ese misterioso pueblo cerca de Bucarest. No sabía qué encontraría si iba, pero sentía que algo —alguien— la estaba esperando allí. Así que reservó el viaje.
Advertisements
Advertisements