Atraída por un lugar en el que nunca había estado


Desde que tiene memoria, Erica había sentido una conexión inquebrantable con un pequeño pueblo a las afueras de Bucarest, Rumanía. Aunque nunca había puesto un pie allí, las imágenes y sensaciones en su mente eran vívidas: podía escuchar las melodías de la música local, saborear las especias de los platos tradicionales y sentir una extraña sensación de hogar en un lugar que nunca había visto.

Noche tras noche, los sueños del pueblo llenaban su sueño. No eran solo sueños, se sentían como recuerdos. La atracción se hizo tan fuerte que Erica a menudo se encontraba leyendo sobre Rumanía e imaginando cómo habría sido la vida si hubiera crecido allí. Pero nada podía explicar el apego emocional que tenía.

Advertisements
Advertisements