Reflexiones nocturnas con Sarah


Cuando Jamie llegó a casa, prácticamente estallaba en historias. Sarah lo recibió en la puerta y rápidamente se acomodaron en el sofá, donde él compartió todo, desde cómo su gerente le dio la bienvenida hasta el momento divertido en que alguien derramó café durante una reunión. Su entusiasmo era contagioso.

Sarah escuchaba atentamente, asintiendo y riendo en los momentos oportunos, con el corazón aliviado por la felicidad de Jamie. Verlo tan optimista la reconfortaba profundamente. Por primera vez en mucho tiempo, su noche estuvo llena de conversaciones ligeras, y ambos sintieron que finalmente estaban recuperando un ritmo de paz y unión.

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