Sorpresa matutina cálida


Cuando Sarah y Emily bajaron las escaleras, fueron recibidas de inmediato por el aroma de un desayuno casero. Sus ojos se iluminaron ante la mesa repleta de huevos, tortitas y tocino crujiente preparados con esmero. Jamie estaba detrás del mostrador, sonriendo mientras ellas observaban la escena.

La sonrisa de Emily y la suave risa de Sarah hicieron que cada minuto en la cocina valiera la pena. Se reunieron alrededor de la mesa, la calidez entre ellas más fuerte que nunca. Aquella comida matutina no era solo un desayuno, era un símbolo silencioso y poderoso de amor, sanación y la recuperación de la unión.

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