Susurros de Medianoche


Más tarde esa noche, Jamie y Sarah yacían uno al lado del otro, sus manos entrelazadas bajo las sábanas. En voz baja, compartieron secretos, miedos y esperanzas silenciosas, sus voces apenas lo suficientemente altas como para que el otro las oyera. La oscuridad a su alrededor se sentía segura, un capullo para sus verdades.

Cada palabra intercambiada en esos tiernos susurros estrechaba más su vínculo, acortando la distancia que el tiempo y la ausencia habían intentado crear. Había una suavidad en su cercanía, una que hacía que la habitación se sintiera como un santuario. Juntos, estaban reconstruyendo algo aún más fuerte que antes.

Advertisements
Advertisements