Un pasajero inesperado en la Puerta B12

En medio de una bulliciosa terminal de aeropuerto, esta escena parecía sacada de una caricatura. Un mapache, cómodamente recostado en un asiento de la sala de espera, sostenía un frasco de mantequilla de cacahuete como un viajero experimentado aferrado a su café. Sin tarjeta de embarque, sin identificación, solo puro compromiso con la hora de la merienda. La calma con la que este visitante peludo reclamó el espacio fue hilarante y desconcertante para los pasajeros cercanos.

Algunos curiosos debatían si era real o una broma de taxidermia ingeniosamente colocada, pero el agarre de la mantequilla de cacahuete añadió un toque de realismo que hizo que todos miraran dos veces. Ya sea que entrara por su cuenta o fuera parte de una broma elaborada, la pose indiferente y la expresión impasible del mapache lo convirtieron en la mascota no oficial de esa terminal por un día. No todos los días te superan en paciencia en el aeropuerto y preparación de snacks un mapache.

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