La Reina de la Sala de Espera

Esta viajera decidió claramente que la postura estándar erguida no era para ella. Desparramada en varias sillas del aeropuerto como si fueran su salón personal, logró hacerse con un espacio privilegiado en medio de una concurrida zona de embarque. Se necesita un cierto nivel de confianza –o agotamiento– para convertir toda una fila de asientos en una cama improvisada mientras decenas de otros pasajeros deambulan buscando un lugar para sentarse.

Si bien esta pose puede levantar algunas cejas, capta perfectamente la energía sin reglas que a menudo se apodera de las terminales de los aeropuertos durante las largas escalas o los retrasos de vuelos. Ya sea por derecho o simplemente por hacer lo que sea necesario para sobrevivir un vuelo nocturno, ella está viviendo su verdad. ¿Comodidad antes que cortesía? Tú decides, pero no se puede negar que crea un momento inolvidable en el aeropuerto.

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