Un enfrentamiento acalorado
Los enfrentamientos entre Julián y Elara se convirtieron en una rutina diaria, cada uno alimentado por acusaciones acaloradas. “¿Cómo pudiste hacerme esto?”, gritaba Julián, su voz resonando por lo que antes era su pacífico hogar.
Elara, entre lágrimas, negaba cualquier infidelidad, suplicando desesperadamente a Julián que le creyera. “Julián, te lo juro, nunca te he engañado”, lloraba. Pero a pesar de sus súplicas, la confianza de Julián se desmoronó rápidamente, y el amor que una vez compartieron fue reemplazado por la desconfianza y una ira intensa.
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