Tacones altos, sentadillas bajas y concentración absoluta

¿Quién dijo que necesitas zapatillas para hacer sentadillas como un profesional? Estas dos mujeres, vestidas para impresionar con tacones y atuendos de negocios, demuestran que nada —ni siquiera la ropa formal— puede interrumpir una inmersión profunda en el desplazamiento del teléfono. Equilibrándose con gracia a solo unos centímetros del suelo, su postura sugiere un nivel de determinación y aplomo raramente visto fuera de estudios de yoga o gimnasios de levantamiento de pesas. Sin embargo, aquí están, perfectamente compuestas, rodeadas de cables de alimentación y paredes de madera, como si ponerse en cuclillas con tacones altos fuera parte de su jornada laboral.

Esta escena plantea muchas preguntas, pero una cosa es cierta: es imposible apartar la mirada. Tal vez estén revisando correos electrónicos, tal vez estén buscando el ángulo perfecto para una selfie, o tal vez hayan encontrado la única postura cómoda que facilita el procesamiento de todas las notificaciones. Sea cual sea el caso, su inusual postura en cuclillas en un entorno público desafía las convenciones y añade una capa de humor inesperado a un momento perfectamente ordinario.

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